El descanso no debe ser únicamente una desconexión diaria del mundanal ruido. Ha de erigirse como un templo interior donde nazca la inspiración de la mano de evocadores mundos sensuales y sensitivos. No es útil cualquier silla desvencijada. El asiento tiene que cumplir con las grandes reglas del diseño para ser una revolución en nuestra mente, pero también debe ser confortable y cómodo. Es su sino. Sigue leyendo
