La revolución de la silla

El descanso no debe ser únicamente una desconexión diaria del mundanal ruido. Ha de erigirse como un templo interior donde nazca la inspiración de la mano de evocadores mundos sensuales y sensitivos. No es útil cualquier silla desvencijada. El asiento tiene que cumplir con las grandes reglas del diseño para ser una revolución en nuestra mente, pero también debe ser confortable y cómodo. Es su sino.
La compañía italiana Zanotta nos ha presentado a lo largo de los años numerosos pretendientes, a los que hemos escuchado y los cuales nos han hecho disfrutar. De todos ellos nos hemos enamorado y sus nombres resuenan en nuestras cabezas: Lea, Talia, Kate, Susanna, Tonietta, April… Sinónimos de la pausa, del respiro y el alivio, de la tregua.
Pero la existencia de tantos buenos candidatos hace más necesaria que nunca una mirada técnica y experta. Gracias a Volumen, la lista de amantes se reduce a cuatro, tantas como patas suelen tener las propias sillas, actuando de columnas del santuario personal antes mencionado. Sus nombres se antojan como prototipos de la novedad, el estilo y la tendencia más actual… Fenis, Louise, Noli y Elipse.
Lo industrial, lo funcional y la escultura más radical se funden en uno en la silla Elipse de Zanotta. Divertida, lúdica, pero tremendamente ingeniosa y empática. Su elegante carácter y ligereza nacen de la aleación de aluminio tubular que da forma a su estructura cuadrada. Apoyo y comodidad están garantizados gracias a un contraste concebido ex profeso a partir de las formas que subyacen del asiento y la estructura general. Pero si hay algo que confiere personalidad a Elipse es su orificio circular ubicado en el respaldo y que, más allá de suponer un elemento ornamental, también sirve como asidero para facilitar su transporte.
Por otra parte, nadie se sorprende cuando Zanotta reconoce que el diseño moderno se inspira continuamente de la tradición de las sillas artesanas italianas. El mejor ejemplo de ello es Noli, un asiento que juega con los bordes redondeados, una estructura estable y robusta, y que favorece una postura cómoda gracias a los elementos envolventes y acolchados de su forma.La artesanía de Liguria está presente en cada centímetro de silla Noli. Las patas tienen una sección transversal mínima para conferir a la pieza elegancia y ligereza. La fidelidad estética de sus ancestros está garantizada en un artículo que se ha erigido como uno de los más alabados del año.

Pero para los que desean sumirse de lleno en un descanso profundo, Volumen ha llamado a su listado al sillón Louise, que se cuela en la selección por ofrecer un reposo incomparable. Las distintas partes que lo conforman se ensamblan de abajo hacia arriba, en un orden muy preciso, cuya regla es que cada elemento se apoye en el siguiente, formando así una microarquitectura, una estructura de puente que alberga los elementos acolchados del asiento.
Para la ocasión, la firma italiana ha reeditado dos piezas Louise: una silla y un objeto con un cajón contenedor. Desde Zanotta han destacado que la fuente de inspiración ha sido Carlo Mollino, famoso diseñador de los años 50, quien utilizó profusamente materiales y formas surrealistas sin desechar lo orgánico.
Y la última de las propuestas viaja desde un pasado remoto y se confirma como pieza intemporal, su nombre es Fenis. Esta escultura doméstica aporta teatralidad a cualquier espacio y por eso Zanotta la incorporó a su catálogo en los años 80. Sin embargo, su historia es muy anterior, ya que fue diseñada en 1959 para la Facultad de Arquitectura de Turín. El hambre de este producto es insaciable y su presencia se come al resto de elementos de mobiliario. Fenis proporciona pureza y arte a partes iguales, trasladando el hogar al centro de un museo de arte contemporáneo.

Estos cuatro encargos de Volumen y Zanotta suponen cuatro promesas con personalidades bien distintas. Elegir adecuadamente es un ejercicio complejo que requiere de grandes dotes de estética y un gusto refinado. Los asientos son los cimientos de un hogar y descuidarlos puede interpretarse como una falta de carácter y temperamento o, por el contrario, como un verdadero despliegue de autoridad e influencia.

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