Su presencia lo cambia todo. Cuando la butaca Ad-Hoc ocupa un área, todo ese espacio gira en torno a ella. Es una pieza única —una obra de arte— surgida de una mente maravillosa como es Jean-Marie Massaud. Es apropiada para cualquier estancia; es adecuada para evocar; está especialmente dispuesta para cautivar al espectador. Su finalidad es argumentar siempre a favor de aquel que tiene el buen gusto de compartirla en su hogar. Sigue leyendo
