Diseñador, director artístico, creador, arquitecto…, Philippe Starck es, esencialmente, un diseñador industrial francés que se atreve con todo. Tiene una misión y una visión muy concreta de su trabajo: sus creaciones, cualquiera que sea la forma que adopten, tienen el objetivo de hacer la vida mejor al mayor número posible de personas. Y lo consigue, como muestra el gran prestigio del que goza en todo el mundo por la funcionalidad y la estética de sus trabajos.
“Mi padre era un ingeniero aeronáutico y, por lo tanto, para mí, inventar era un deber”, reconoce el propio Starck. De su progenitor aprendió que todo debe ser organizado de manera elegante y con rigor, pero le impide explorar los límites y los criterios del diseño contemporáneo. Ha proyectado numerosos hoteles por todo el mundo, museos, centros culturales, yates, coches eléctricos, restaurantes (en Madrid, el Teatriz y Ramsés), casas particulares (como la de Plácido Arango, entre otros) y residencias oficiales (como el Palais de l’Elysée, en París), discotecas, clubs, tiendas, infinidad de productos útiles para el hogar… y muebles, claro, muchos muebles.
Algunos de ellos, como su icónica silla Louis Ghost, le han permitido superar el millón de unidades vendidas; con otros, como la línea Privé, le llovieron los elogios. Y otros, por su belleza, no dejan indiferente a nadie. Es el caso del sillón Lou Read que Philippe Starck diseñó como parte del mobiliario del Hotel Royal Monceau Raffles, en París. Tiene una estructura de fibra de vidrio cubierta con cuero marrón, o marrón oscuro. Para más información.