El sofá es casi un elemento de culto en nuestras vidas. Significa muchas cosas, normalmente positivas. El sofá es un refugio de relajación y esparcimiento, o incluso de todo lo contrario, de concentración. En el sofá nos divertimos, leemos novelas, informes del trabajo, charlamos o cerramos negocios. Cuántas y cuántas conversaciones han tenido como espacio un sofá. En el hogar y en el trabajo.
Sí, porque la firma italiana Arper lleva años demostrando que un mueble tan íntimamente relacionado con la esfera personal tiene también cabida en los espacios profesionales. Y entre otras cosas para eso inventaron la colección Steeve.
La idea es simple: la polivalencia. Los sofás Steeve son modulares, propiciando al usuario un servicio transversal y heterogéneo, completamente adaptado a sus necesidades. Las configuraciones que se pueden hacer con la colección Steeve son casi infinitas. La colección se presenta normalmente con tres tipos de piezas: banco, butaca y sofá.
Como se puede apreciar, Steeve tiene una línea minimalista, esencial y moderna. Fina y sofisticada, no hay contexto que se le resista. De hecho, es habitual ver piezas Steeve en oficinas, zonas de descanso, lounges, bibliotecas, salas de espera… En cualquier lugar este sofá aportará un importante toque de sofisticación que es difícil que pase desapercibido.
Los acabados en telas y materiales son casi innumerables. De hecho, recientemente en 2016 la colección ha sido rediseñada y actualizada. Ahora, Steeve está disponible con una base de aluminio (blanca o negra). La firma asegura que la cubierta del respaldo y el brazo están fabricados mediante un sistema único que garantiza un encaje perfecto: una innovación industrial que elimina la necesidad de complejos trabajos de tapicería. La colección incluye módulos componibles de diferentes tamaños, incluso en versiones angular cóncavo (135 °) y angular (90 °), con apoyabrazos reposicionables.
El diseñador de esta maravilla se llama Jean-Marie Massaud. Se graduó en el Instituto de diseño de París, ENSCI-Les Ateliers y no es ningún desconocido para el sector, pues ha trabajado para grandes marcas internacionales: Arper, Axor, Christofle, Air France, Toyota… Su trabajo se caracteriza por aunar binomios que no siempre se llevan bien, como contemporaneidad y tradición, confort y elegancia o eficiencia económica y respeto por el medio ambiente.