El talento de los jóvenes diseñadores españoles deslumbra en los premios Clean City Lab

Coincidiendo con la celebración de la Feria del Mueble de Milán el pasado mes de abril, el Museo del Diseño Triennale acogió la exposición de las obras finalistas del concurso Clean City Lab organizado por Japan Tobacco International.

El concurso Lab Ciudad Limpia tiene como objetivo diseñar productos que ayudan a lograr la limpieza de la ciudad de colillas y mejorar las relaciones entre fumadores y no fumadores. En la edición de este año han participado cuatro universidades europeas líderes en diseño, una de las cuales fue el Instituto Europeo de Diseño de Madrid.

Japan Tobacco International, junto con la agencia italiana Future Concept Lab, fueron los encargados de elegir los 16 proyectos que se expusieron en el Museo del Diseño Triennale. Entre ellos sobresalieron los proyectos de cinco estudiantes (cuatro de ellos españoles) que participaron en este concurso ya que consiguieron el primer y segundo premio, así como una mención especial del jurado.

El trabajo de Dolores y Jaime muestra una colilla fluorescente y qué pasa con ella una vez que se tira al suelo y pasa al alcantarillado de la ciudad, como se puede observar en la imagen de la derecha.

El trabajo de Dolores y Jaime muestra una colilla fluorescente y qué pasa con ella una vez que se tira al suelo y pasa al alcantarillado de la ciudad, como se puede observar en la imagen de la derecha. 

Jaime Liñan y Dolores Toboso consiguieron el primer premio con su trabajo No se apaga. Se trata de “una campaña de comunicación basada en hacer visible el problema de la gran acumulación de colillas en la ciudad”, explican sus autores. “Es un problema que pasa desapercibido para la población,  para el fumador y el no fumador y dedicimos apostar por dar visibilidad a ese problema”, detalla Jaime.

“Al preparar el trabajo nos llamó la atención la cantidad de colillas que había en el suelo de Madrid y nos preguntamos qué es lo que pasa desde ese momento en que un fumador tira la colilla al suelo, ya que ésta no desaparece… Entonces se nos ocurrió dejar en el suelo una colilla que se iluminara (fluorescente) y evidenciar, así, el problema. Si tu colilla no va al cenicero, tu colilla no se apaga. Sigue contaminando y dando vueltas por la ciudad, como mostramos en nuestro trabajo”, comenta Dolores. Al dotar de luminosidad a las colillas, se puede ver en un mapa cómo y por dónde deambulan las colillas una vez llegan a las alcantarillas de la ciudad.

Alexander D’alessio junto a tres imágenes en las que se observa con detalle su proyecto Spira.

Alexander D’alessio junto a tres imágenes en las que se observa con detalle su proyecto Spira. 

Alexander D’alessio se hizo con el segundo premio con su proyecto Spira. El proyecto consiste, como explica su autor, “en el diseño de un elemento que se acopla a las farolas de la ciudad habilitando áreas espontáneas para fumadores. En el momento en el que percibe señales de humo, Spira comienza a abrirse como una flor para generar un espacio que envuelve al fumador y aspira el humo. De esta manera, integra fumadores y no fumadores en un mismo espacio sin causar molestias”.

Alexander detalla su idea surgió viendo cómo el humo sube haciendo una espiral. Spira se ajusta a las farolas de la ciudad. Es un extractor de humo, como una flor que se abre cuando detecta humo. La idea es que tanto fumadores como no fumadores pueden estar juntos. A los no fumadores no les molestará el humo porque queda absorbido y los fumadores no se encuentran en rincones apartados o espacios específicos para ellos. Se encuentran todos integrados, juntos”, concluye.

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Miriam y Liliya junto a una imagen de su proyecto Smoketionary, que mereció una mención especial del jurado.

Liliya Galabova y Mirian Miguel recibieron la mención especial del concurso gracias a su proyecto Smoketionary, nomenclatura proveniente de la suma de las palabras “humo” y “diccionario”. Es un pequeño diccionario en el interior de una cajetilla de tabaco “que se convierte en una guía útil y valiosa para fumadores en la ciudad”, cuentas sus autoras. A través de la definición de 30 palabras relacionadas con el tabaco, los fumadores, los no fumadores, los extranjeros y locales pueden descubrir algunos rincones de una ciudad, que en el caso de este primer prototipo es Madrid”, cuenta Liliya.

“La idea surgió porque en la fase de investigación encontramos un artículo en el que se reflejaba que desde que había entrado en vigor la Ley Antitabaco había surgido un nuevo lenguaje y se mejoraba la comunicación entre las personas que tenían que salir a fumar a la calle. Así, creamos palabras que, en los 30 casos, están compuestas por la palabra “smoke” y otra relacionada con otra actividad que se hace mientras se fuma, por ejemplo, tomar café (smokffee) , mientras se lee (smook), etc”, explica Miriam. “Creamos un lenguaje para los fumadores pero también para los no fumadores porque las palabras son muy curiosas. También aportamos un plano con espacios para fumadores (terrazas, etc.) y el proyecto también incluye una aplicación para móvil” (smokapp), concluye Miriam.

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