Imagen que recrea el proyecto El Sol del membrillo, de los arquitectos José Ignacio Linazasoro y Ricardo Sánchez.

‘El Sol del membrillo’, la apuesta por el futuro de la Puerta del Sol que la devuelve a sus orígenes isabelinos

Piensa Sol fue una iniciativa del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, junto con el Colegio
Oficial de Arquitectos de Madrid, que se planteó como una reflexión sobre el futuro de la
Puerta del Sol. Su objetivo era el de recabar propuestas mediante un concurso internacional
de ideas de arquitectura que proyectaran alternativas para próximas evoluciones.

El Sol del membrillo, proyecto ganador, fue presentado por los arquitectos José Ignacio Linazasoro y Ricardo Sánchez a través de su estudio Linazasoro y Sánchez. “La Puerta del Sol es un espacio discreto, como toda la arquitectura de la época isabelina que ha definido buena parte del Madrid del siglo XIX. No tendría sentido por eso entenderlo como monumental, contraviniendo criterios propios del Madrid de la época, pero tampoco corresponde por esta razón introducir en la plaza un diseño contemporáneo si este carece de referencia a la arquitectura existente”, explican Linazasoro y Sánchez.

“Tampoco entendemos que en aras de lograr un espacio urbano de carácter participativo, se pretenda generar un lugar caótico lleno de objetos o carente de referencias. Entendemos que este tipo de planteamientos desvirtúan los valores de un espacio arquitectónico ya conformado que puede y debe ser puesto en valor. Nos parece, por otra parte, gratuito y demagógico plantear un espacio cambiante para, supuestamente, adaptarlo mejor a diferentes usos escapando así de cualquier definición concreta del espacio”.

Según los miembros del jurado, el diseño ganador no renuncia a “conquistas” adquiridas a lo largo de la historia y reordena piezas actuales de la plaza, que calificó de “muy dislocada”.

El sol del membrillo sitúa la escultura ecuestre de Carlos III en una posición nueva, en el centro de la plaza y próximo a la Real Casa de Correos; y las estatuas de la Mariblanca y el Oso y el Madroño, en otro extremo. Suprime el tráfico en el tramo de la calle de Alcalá entre la Puerta del Sol y la calle Sevilla y lo hace convivencial con los peatones en el eje que atraviesa la plaza desde la calle Mayor en dirección a la Carrera de San Jerónimo.

El proyecto de Linazasoro y Sánchez plantea la Puerta del Sol “como un espacio en el que predomine el vacío pero sin renunciar a introducir los elementos esenciales para su función en cuanto espacio público, tales como las zonas estanciales y los kioscos o las salidas del metro, que se han convertido en imprescindibles, aunque reagrupándolos estratégicamente. Planteamos asimismo unificar los bajos comerciales con el fin de recuperar la arquitectura isabelina original”, comentan los arquitectos. Se trata de “reordenar y regularizar la geometría del espacio pero evitando cualquier tipo de monumentalismo sino reforzando su lenguaje contemporáneo”.

El Sol del membrillo supone, también, un nuevo proyecto de iluminación “tanto en las fachadas de los edificios como en el centro de la plaza y en los monumentos” y plantea que, en un futuro, el mobiliario urbano, “en ningún caso deberá de tener un protagonismo ya que lo que se pretende por encima de todo es valorar el espacio, más allá de los elementos que lo ocupan e introducir para ello el menor número de elementos posibles”.

Calificado de “viable en el futuro” por la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, el proyecto se llevó 24.000 euros pero no tiene asegurada la realización ya que es una propuesta no vinculante y no existe compromiso de las administraciones para llevarlo a cabo.

Entre los participantes de Piensa Sol –146 proyectos presentados- hubo rusos e italianos y un gran número de concursantes de Sudamérica.

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