La plaza de Colón de Madrid se encuentra en tiempos previos a un importante cambio de look que se evidenciará durante los próximos meses. A la ya anunciada remodelación del edificio ‘enchufe’ —como se conoce popularmente a las Torres Colón, diseñadas por Antonio Lamela en los años 60— se une también la total renovación del edificio Barclays, recientemente adquirido por el grupo CBRE Global Investors.
El encargado de acometer el lavado de imagen a esta mítica edificación, ubicada en el número 1 de la propia plaza, será el estudio de Norman Foster. El arquitecto británico y su equipo terminarán con el aspecto desapacible e incómodo que presenta actualmente el pequeño inmueble, para dotarle de un semblante más propio de los tiempos que corren y de su excelente situación en el centro de la capital, concretamente en la confluencia de la calle Génova y el paseo de Recoletos.Foster ha señalado durante la presentación de las obras —que ya han comenzado y tendrán una duración de un año— que el edificio está en un eje principal de Madrid, donde confluyen tres importantes distritos (Salamanca, Chamberí y Centro), motivo por el que ha decidido llamar al proyecto Axis. La materialización del cambio girará en torno a convertir una sucia construcción obsoleta, cuya principal característica es el hormigón, en un edificio transparente, concebido con vidrio y acero inoxidable. Se trata de utilizar “las últimas tecnologías” con el fin de “proporcionar control solar como respuesta al clima”, según han indicado los propios promotores de la obra.
Aunque el proyecto mantiene la estructura original, el cambio será evidente. Su geometría buscará optimizar todo el consumo energético, aprovechando la iluminación y ventilación naturales y con una fachada permeable que servirá para ofrecer a los inquilinos, trabajadores y visitantes unas excelentes vistas. Además, el edificio contará con un espacio comercial que conectará a través de un atrio con otra zona dedicada a oficinas, así como con una gran terraza pública. En total, el nuevo edificio del número 1 de la plaza de Colón dispondrá de casi 4.000 metros cuadrados y su remodelación costará alrededor de 10 millones de euros. Con esta obra, Foster se convierte en uno de los arquitectos predilectos de la ciudad madrileña, donde ha instalado la sede de su fundación, está trabajando en la ampliación del Museo del Prado y ya construyó uno de los cuatro emblemáticos rascacielos de la Castellana, conocido como Torre Cepsa.
El estudio de Foster plasmará, además, su firma en el aspecto del nuevo inmueble de CBRE Global Investors, ya que la fachada tendrá una estructura de rejilla en diagonal o diagrid. Esto significa que contará con formas triangulares visibles, resultado de la utilización de vigas entrecruzadas para distribuir mejor la carga de fuerzas, algo que ya ha empleado en otras obras emblemáticas como la Torre Hearst de Nueva York o en The Gherkin, en el número 30 de la calle St. Mary de la City londinense.