Que España es una potencia en materia de arquitectura no es nuevo. Baste recordar que nuestro país cuenta con dos premios Pritzker —representados en las figuras de Rafael Moneo (1996) y el estudio catalán RCR Arquitectes (2017)—, galardón considerado como el Nobel de la arquitectura. Además, continuando con los concursos, hasta nuestro país también han llegado reconocimientos como el Premio Stirling del Real Instituto de Arquitectos Británicos o el Premio de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea ‘Mies van der Rohe’, obtenido en tres ocasiones por profesionales españoles más o menos consagrados y en otras tres ocasiones en su modalidad de arquitectos emergentes.
Precisamente, los jóvenes creadores han sido de nuevo los protagonistas de la última hazaña española en el mundo de la arquitectura, logrando cinco primeros premios, siete segundos y diez menciones especiales el concurso Europan 14. Este certamen sirve para reconocer las ideas urbanas y arquitectónicas que intentan profundizar en el conocimiento y la investigación en el campo del hábitat y del urbanismo. Se celebra cada dos años desde 1988 y en él participan un total de 13 países europeos.
El jurado de esta décimo cuarta edición ha tenido que valorar un total de 1.003 proyectos, presentados en 44 sitios. Finalmente, fueron 136 los equipos premiados, entre los cuales 41 resultaron ganadores, 47 finalistas y 48 recibieron las menciones especiales. Según los datos aportados por la organización, los equipos ganadores se basan en 20 países diferentes, de los que un 60% ganó en su país de residencia. Del 40% de equipos que vencieron en el extranjero, destacan Italia (13 equipos de los 18 equipos ganadores con sede en Italia obtuvieron un premio en un sitio extranjero), España (12 equipos de 17) y Francia (7 de 38).
Los 76 jóvenes españoles premiados en esta edición de Europan —cuyo lema ha sido ‘Ciudades Productivas’— han trabajado en emplazamientos como Alcoy, Barcelona, La Bazana, Madrid, Playa de Palma o Torrelavega, además de los ya mencionados trabajos realizados allende nuestras fronteras.
Una vez más, la arquitectura española ha demostrado su nivel, calidad e ilimitado potencial, situándose en los primeros puestos de un concurso internacional. Nuestros jóvenes arquitectos han demostrado ser los nuevos referentes que con su trabajo y dedicación consiguen, no solo presentar propuestas excelentes, sino altos niveles de creatividad. Sus respuestas coherentes y acertadas a los problemas actuales de nuestras ciudades auguran una sempiterna edad dorada para la arquitectura española contemporánea.
Ya lo destacó hace más de una década Terence Riley, quien se encontraba en aquel momento a cargo del Departamento de Arquitectura y Diseño del MoMA, cuando despidió la exposición que este museo dedicó a la arquitectura española: “En España existe un porcentaje muy elevado de calidad en los proyectos, más que en ningún otro sitio del mundo”. Doce años después, y a pesar de la difícil situación económica que ha tenido que superar nuestro país, estas palabras se confirman no como una tendencia, sino como una línea clara que define cómo nuestros profesionales son proclives a hacer las cosas de una manera muy determinada y muy valorada a nivel internacional.