Con la clausura aún reciente en el paladar, llega el momento de hacer balance de lo que ha dado de sí la 51ª edición de Casa Decor, una cita obligada y ya veterana en el calendario de los profesionales y admiradores del diseño. La exposición no ha defraudado las elevadas expectativas y ha vuelto a ser una auténtica mirada prospectiva a cómo podrían ser los interiores de nuestras casas en un futuro nada lejano.
Esta edición se ha celebrado (19 de mayo-26 de junio) en la Casa Palacio Atocha 34, un edificio emblemático levantado en 1885 y rehabilitado en profundidad hace apenas una década. Han sido más de 4.000 metros cuadrados de exposición que, sin duda, han estado claramente marcados por la inconfundible pose decimonónica del edificio anfitrión, con grandes escalinatas, patios interiores y ventanales imponentes.
Según ha comunicado la organización, por Casa Decor 2016 han pasado más de 130 profesionales del interiorismo, la arquitectuta y el diseño. Y también de otras disciplinas más “exóticas” o inexploradas para el gran público, como el paisajismo. En 63 espacios expositivos (récord respecto a las últimas ediciones) pudieron verse tendencias decorativas donde la geometría clásica, los colores ácidos y los revestimientos de mármol se han llevado una buena dosis de protagonismo. Si bien es cierto que crítica y público coinciden: se ven tantas cosas originales e innovadoras que es difícil poder destacar alguna tendencia sobre otra. Pero esa es, a la postre, la esencia de Casa Decor.
Y como en años anteriores, la muestra ha organizado sus propios galardones, los Premios Casa Decor. En esta ocasión, los premiados, por categorías, han sido los siguientes:
Más de cien firmas del sector de la decoración (materiales, mobiliario, iluminación, textil…), consumo y estilo de vida se dieron cita en Casa Decor 2016 para mostrar sus últimas novedades, productos y servicios. Un sector que ha vuelto a demostrar que aún tiene músculo en tiempos económicamente revueltos.