Alfonso Millanes, arquitecto riojano, responsable del proyecto y la dirección de Obra de la Ciudad Financiera del Banco de Santander.

“La escuela del todo vale en la arquitectura no me interesa. Los artistas siempre existirán pero son muy pocos los elegidos”

El centro de visitas de la Ciudad Financiera del Banco Santander, en Boadilla del Monte (Madrid) es uno de los proyectos de referencia del arquitecto riojano Alfonso Millanes. Es su puerta de entrada, espacio de recepción que alberga salas de reuniones, cafetería, salón de actos, espacios de exposición y para la restauración. El cubo de vidrio de 30 metros de lado proyectado por Millanes conforma el vestíbulo y da acceso al conjunto, y se convierte por la noche en un luminoso faro, que se ha convertido en uno de los iconos arquitectónicos de la entidad financiera.

¿Es el faro el culmen de su larga trayectoria al servicio del Banco de Santander?

Así es. Empecé a colaborar con el Banco de Santander en 1978, cuando vine de Londres, recién terminada la carrera.  Formaba parte de un reducido equipo de profesionales al que se nos encargó la expansión del entonces denominado Banco Comercial Español. Satisfecho con el resultado y con nuestro desempeño, el Santander nos contrató y comenzamos a funcionar como un estudio de arquitectura a su servicio”.

Aspecto exterior del impresionante cubo de vidrio diseñado por Millanes para el Banco de Santander.

Aspecto exterior del impresionante cubo de vidrio diseñado por Millanes para el Banco de Santander.

¿La expansión del banco supuso su eclosión profesional?

En cierta medida, así fue. En la década de los años 80, el Santander, que entonces era el sexto de España por volumen de negocio, compró un edificio en el Paseo de la Castellana para trasladar su sede principal y nos encargó que buscáramos al mejor arquitecto del mundo para el proyecto de restauración. Fuimos a Viena para hablar con Hans Hollein (arquitecto austríaco al que en 1985 le concedieron el Premio Pritzker), le convencimos, y su trabajo demostró que fue una acertada elección.

Desde entonces ha sido un no parar…

El Santander creció tanto que, llegado un momento, decidió centralizar y optimizar su operativa creando la Ciudad Financiera. Además lograr sus objetivos, resultó ser una operación inmobiliaria evidente, ya que le permitió poner a la venta grandes edificios en las mejores zonas de Madrid. Remató la operación con la idea de vender el inmovilizado y quedarse con un alquiler de 50 años y posibilidad de recompra…  Una gran operación, sin duda: eliminas departamentos duplicados; centralizas los centros de decisión; dejas de pagar a Hacienda por el inmovilizado; desgravas por los alquileres…

Aspecto interior del centro de visitas de la Ciudad Financiera, obra de Millanes.

Aspecto interior del centro de visitas de la Ciudad Financiera, obra de Millanes.

La Ciudad Financiera es un proyecto singular, un caramelo para un arquitecto

Fue una idea que nos encargó el Presidente. Quería hacer un Campus del Santander. Éramos un equipo muy reducido -además de Gonzalo Echenique, había sólo un arquitecto, un aparejador, un ingeniero técnico industrial, un abogado y una secretaria- pero no nos arredramos. Estudiamos todas las necesidades y servicios con los diferentes departamentos del banco y presentamos una propuesta gráfica. Resultó un éxito, tanto, que se nos encargó convocar un concurso con los mejores arquitectos del mundo a nuestro entender (Roche, Foster, Kaplan, Moneo…). Se eligió a Kevin Roche y comenzó el proyecto, a contratar una ingeniería, asesores, etc.

¿Participar en un proyecto de esa envergadura es su mejor legado?

Sin duda. Encargarme del proyecto y la dirección de Obra de la Ciudad Financiera del Santander es motivo de orgullo. Como lo es el proyecto que el banco me encargó para el centro de visitas. Me dijeron: ‘Queremos que proyectes la puerta del Banco Santander’. Y así lo hice, de tal manera, que el proyecto se fue ampliando mucho desde el inicio, en el 2006, hasta que se concluyeron las obras, ya en 2010. A lo que empezó siendo un vestíbulo y un centro de acreditación se le incorporaron salas de reuniones, un pequeño auditorio, cafetería, comedores de negocios, lago, etc. Mi mejor obra suele ser la última, en este caso, el Faro del Santander.

¿Ha repercutido la crisis en la Ciudad Financiera?

Desde el estallido de la crisis económica, los proyectos están muy parados. Se compraron unos terrenos en los alrededores del campo de golf para proteger visualmente la ciudad, antiguos campos de tiro militares, para los que se hizo un proyecto con un precioso lago y comedores que ahora está paralizado…

No corren buenos tiempos para la profesión…

La profesión ha cambiado mucho. Antes, abrías un estudio y funcionaba; tenías la posibilidad de controlar desde el inicio hasta el final la obra. Ahora, esa posibilidad es impensable porque la arquitectura está copada por las ingenierías. Si tienes suerte entras en un estudio de prestigio pero no participas del proyecto general sino de una parte pequeña y con suerte. Por otra parte, también hemos sido responsables de lo que ha  sucedido con la construcción en España. El 80% de lo construido es infame. Por ejemplo, lo que ha pasado con Calatrava se veía venir desde el inicio…

… y el futuro tampoco es halagüeño…

Van a hacer una Ley horrible. La Ley permitirá que un ingeniero de edificación (antiguo aparejador) a través de un curso puente pueda proyectar. Es decir, que un ingeniero pueda proyectar. Hasta ahora sólo lo puede hacer un arquitecto. Tienen formación diferente, con asignaturas específicas de cada especialidad. Tres cursos de proyectos, formas, espacios, composición, volumen, geometría que es específico del arquitecto. Creo que la ingeniería y la arquitectura son complementarias y, así, se logran los mejores resultados: la estructura de un edificio debe estar al servicio de la arquitectura. Y lo peor es que, más allá de nuestras fronteras, la profesión está igual. La arquitectura española era de las mejores del mundo; España era como un reducto donde el arquitecto estaba por encima del ingeniero y eso se quiere cambiar. Es un error. Me entristece ver el futuro sombrío de los jóvenes arquitectos españoles.

Es una lástima porque lo cierto es que la capacidad que tienen los arquitectos para sorprendernos con proyectos espectaculares por los cinco continentes parece no tener límites

Cierto. La irrupción de las nuevas tecnologías en nuestra profesión ha permitido dar un impulso a los proyectos arquitectónicos. Al ordenador lo veo como una herramienta eficaz que abre unas posibilidades enormes, especialmente en cuanto a la creatividad, que antaño eran impensables. Nadie es capaz de proyectar un edificio como el Guggenheim sin un ordenador. Dicho esto, quiero dejar claro que la escuela del todo vale no me interesa. Y me explico. En las primeras obras de Foster, que es un indiscutible para todos, se veía la arquitectura, en todos los detalles se veía su mano. Sin embargo, hoy en día, los detalles no son de Foster, si no de su marca. Él da el visto bueno –o no- pero manda su empresa. Los artistas siempre existirán pero son muy pocos los elegidos.

¿Su listón de exigencia es muy elevado?

Emocionarte con la arquitectura es difícil. La última vez que sentí algo especial fue cuando viajé a ver una pequeñísima iglesia cerca de Osaka, en Japón. Al entrar me emocioné por sus detalles, por su luz, su espacio… No había costado mucho, pero era arquitectura en estado puro…

Toda una vida profesional dedicada al Banco, ¿ha tenido oportunidad de participar en otro tipo de proyectos?

El Banco de Santander nunca nos pidió exclusividad, por lo que he tenido oportunidad de hacer algunos proyectos al margen. Además de colaborar puntualmente con Vodafone o Airtel, por ejemplo, también he tenido la oportunidad de disfrutar proyectando viviendas unifamiliares para algunas amistades, principalmente en mi tierra, Logroño. Ahora que estoy prejubilado -aunque doy clases de Project Manager en un curso de postgrado de la Universidad Europea- mi ilusión es que alguno de mis amigos bodegueros me encarguen una bodega. Es un tema precioso, que me encanta, y tiene mucha relación con la arquitectura; hasta Eiffel participó en un proyecto de este tipo…”.

Un pensamiento en ““La escuela del todo vale en la arquitectura no me interesa. Los artistas siempre existirán pero son muy pocos los elegidos”

  1. gonzalo echenique

    Como casi siempre,estoy de acuerdo con Alfonso.Creo que en su momento formamos para el Banco de Santander, un equipo de arquitectos,aparejadores y especialistas en instalaciones,internos y externos,que nos tomábamos en serio y con ilusión la Arquitectura y la trascendencia de nuestra actuación.Ahora,no estoy seguro que es lo más importante:la obra, o el Curriculum.
    sALUDOS

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