La Casa de la Cascada es una de las construcciones más representativas de la arquitectura orgánica. Esta obra maestra del arquitecto Frank Lloyd Wright se remonta a la década de 1930. En concreto, empezóa construirla en 1936 y la concluyó tres años más tarde. La Fallingwater es una espectacular estructura de líneas rectas voladizas que parecen flotar sobre la cascada. Wright la construyó como retiro de fin de semana para la familia Kaufmann, dueña de unos grandes almacenes de Pittsburg, en los bosques del sur de Pensilvania. Edificada con piedra del lugar, parece fundida con el entorno natural; como si sus voladizos formaran parte de la preciosa cascada que rodea la construcción. El bosque, de árboles caducifolios en su gran mayoría, conserva su aspecto salvaje únicamente perturbado por la discreta vía de acceso peatonal que permite llegar a la casa.
La Casa de la Cascada está construida en tres niveles. Su composición es horizontal y el eje vertical está definido por la chimenea que sobresale por encima de la cubierta. Concebida casi como si fuera un árbol más del bosque, la casa crece de dentro hacia afuera y se va extendiendo según las necesidades de sus propietarios.
Cada piso está marcado por amplios voladizos que se proyectan asimétricamente en diferentes direcciones. En realidad, son terrazas limitadas por placas lisas de hormigón. Para adoptar esta solución, Wright se inspiró en la arquitectura japonesa y procuró emplear materiales naturales, como madera, ladrillo o roca, con lo que logró una mayor integración entre el edificio y el bosque. De esta manera, Wright logró que los voladizos parecieran parte de la preciosa cascada que rodea la construcción.
El interior de la Casa de la Cascada es muy minimalista, austero, lo que permite captar la sensibilidad que Wright encontró en el sonido de la cascada. Logró un espacio interior amplio y diáfano. La gran sala de estar tiene un gran ventanal de cristal que permite disfrutar de la visión de la cascada. La utilización de grandes ventanales elimina la separación entre las habitaciones y sus terrazas. Éstas tienen, entre otras funciones, la de reflejar la luz natural y proyectarla de forma indirecta hacia el interior. La terraza superior da un carácter más intimista a la casa.
Con la Casa de la Cascada Wright consiguió aunar de manera maravillosa construcción y naturaleza. Nada mejor que ver este precioso vídeo de Cristóbal Vila con la reconstrucción virtual de la Fallingwater para comprender esta obra en su verdadera magnitud: