En muchas ocasiones, la excelencia nace de aunar tradición y vanguardia, lo contemporáneo con lo clásico, lo antiguo y lo moderno. Se trata de aprender y respetar las técnicas ancestrales y dotarlas de los beneficios que aportan el diseño actual y las tecnologías más punteras. Si hablamos de iluminación, este equilibrio tiene nombre propio: Brokis.
El éxito de esta firma se basa en los conocimientos de los maestros cristaleros checos en combinación exquisita con el diseño del siglo XXI. Destreza y armonía trabajan juntas en pro de un merecido reconocimiento internacional. No en vano, Brokis goza de prestigio y una buena cantidad de galardones cosechados en certámenes de todo el mundo.
Sus colecciones suman materiales seleccionados meticulosamente a la tradición checa del cristal soplado a mano. Artesanía y planteamientos coetáneos para dar salida a las ideas y al ingenio. Una fórmula en la que cabe el metal y la madera, siempre trabajados a mano. El objetivo es aportar soluciones de iluminación a interioristas y arquitectos con objetos de decoración y luces innovadoras, pero también de desarrollar los métodos, procedimientos, instrumentos, equipos, capacidades y sistemas de iluminación.
Todo comenzó cuando el empresario checo Jan Rabell adquirió en 1997 la fábrica de Janštejn, ubicada a 140 kilómetros de Praga. Su intención era reactivar la afamada industria cristalera del país, mientras preservaba los conocimientos atávicos de los maestros cristaleros.
La región de Vysočina cuenta con una tradición que se remonta al siglo XVII y, desde entonces, generaciones de artesanos se han enfrentado a épocas de prosperidad y otras un tanto complicadas.
Incendios, guerras mundiales, expropiaciones… Desde que la fábrica se fundó en 1809 en las proximidades del pueblo de Horní Dubenka, la historia de la región ha ido siempre ligada a una potente industria del cristal. Sin embargo, a finales de los años 90, la demanda había caído considerablemente, los artesanos se estaban jubilando, y se corría el riesgo de perder en el olvido cientos de años de conocimientos.
Gracias al rescate de Jan Rabell y a la fundación en 2006 de la marca Brokis, actualmente Janštejn es el mayor productor de cristal en la República Checa especializado en iluminación. Aunque la esencia perdura, los productos difieren completamente de los antiguamente facturados en la fábrica cristalera de Janštejn. Para actualizarla, se dotó a la planta de hornos italianos nuevos y se perfeccionaron los procedimientos.
Hoy en día no se utilizan los antiguos métodos de cristal tallado y pintado, sin embargo, se han potenciado el soplado y el moldeado del cristal, así como las técnicas propias de una fundición.
Al mismo tiempo, se ha vuelto a introducir la fabricación de cristal de color, un procedimiento caído por poco en el olvido, que se ha hecho característico para la marca Brokis.
Una muestra del resultado de toda esta renovación —y de la simbiosis entre tradición e innovación— es la colección Night Birds, formada por la silueta de aves en diferentes fases de vuelo. Las elegantes curvas hacen soñar al observador. No obstante, para su impecable desarrollo hicieron falta dos años de trabajo y experimentos. Es el ejemplo de que la exclusividad y la perfección se pueden alcanzar en materia de iluminación, pero hay mucho detrás.
Descubrir Brokis es una experiencia inolvidable para los amantes del diseño. Supone adentrarse en un mundo de fantasía, formas imposibles y objetos que hablan. Sus colores y materiales nos visitan desde algún lugar en el tiempo, que parece futuro y pasado a partes iguales. Sus productos domestican la luz —o la hacen salvaje— en función de nuestras necesidades. Cualquier espacio renace bajo la iluminación de Brokis.