Hasta el próximo 28 de octubre, los madrileños que lo deseen podrán participar en una votación sin precedentes en la capital de nuestro país. El ayuntamiento ofrece a la ciudadanía la posibilidad de elegir sus propuestas preferidas para reconstruir la Plaza de España. Un proyecto faraónico (como casi todas las grandes reformas de la ciudad…), que comprometerá millones de euros, y al que se han presentado cientos de estudios de arquitectura de todo el mundo. El concurso ha sido de proporciones poco comunes, como demuestra el hecho de que hayan sido 70 los proyectos que han superado la fase de preselección. Sin duda, el original proceso decisorio ha dado visibilidad social y mediática al mismo.
Todas las ideas presentadas pueden examinarse en profundidad aquí. Todas cuenta con memoria técnica e imágenes. Como se aprecia a simple golpe de vista, el abanico de propuestas es indiscutiblemente variado (alguno ha sugerido que hasta variopinto). Todos los proyectos presentados han tenido que respetar unas líneas básicas de actuación establecidas por el consistorio, pero a partir de ahí se ha dado rienda suelta a la creatividad y libertad de cada despacho de arquitectura para presentar sus ideas.
Ahora serán los ciudadanos los que deberán examinar los trabajos y, con su voto, decidir qué 5 propuestas pasarán a la siguiente fase. Entonces un jurado conformado por 17 personas, con representantes, entre otros, del ayuntamiento o del colegio de arquitectos, decidirá qué 2 propuestas serán las finalistas. Y llegado ese punto se pedirá de nuevo la opinión y voto a los madrileños para seleccionar al proyecto ganador, algo que debería conocerse, según lo previsto, a principios de 2017.
Para unos este proceso de “codecisión” entre instituciones públicas y ciudadanía, mediante un procedo de democracia directa, viene a fundar una suerte de “arquitectura democrática” de espacios públicos. Para otros, es una forma ineficiente de seleccionar un proyecto técnico de gran envergadura. Sea como fuere, todos están pendientes del proceso. Ya en los prolegómenos del mismo el ayuntamiento, conjuntamente con asociaciones vecinales y comerciales, promovió una macroencuesta para conocer cuáles serían las preferencias esenciales de los ciudadanos ante la posible reforma de la plaza(y que, a la postre, han sido las que han marcado las líneas maestras requeridas por el ayuntamiento para presentar los proyectos). Participaron 28.000 personas, en las que seguro que había opiniones y gustos de toda condición.
Estaremos atentos a cómo se cierra este heterodoxo concurso público. Y aquí lo contaremos.