Manuel y Fernando (haciendo honor a su apellido) junto a productos de redo-me.

“Los productos redo-me te invitan a jugar, tienen una estética muy cuidada, y son muy funcionales”

Fernando Pino y Manuel García de Paredes son Paredes & Pino Arquitectos; y también redo-me y, además, docentes en el IE University of Architecture del campus de Segovia… Fernando y Manuel son arquitectos, diseñadores y docentes con numerosos premios nacionales e internacionales que avalan su trayectoria: EUROPAN 5 y 6; el Centro abierto de Actividades Ciudadanas de Córdoba (CAAC); las viviendas para la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid (EMVS); El edifico de Juzgados de lo Contencioso Administrativo en la Ciudad de la Justicia de Madrid; el Pabellón Olímpico de Gimnasia y los edificios de accesos y servicios de la Villa Olímpica para la candidatura 2016 o el Centro multifuncional de Yebes en Guadalajara, entre otros.

Crearon su estudio de arquitectura en el año 2000 y, 10 años después, crearon redo-me como productora independiente para el desarrollo de diseños propios en paralelo a su oficina de arquitectura. “redo-me surgió como un proyecto encargado a nosotros mismos. Se había reducido el número de clientes en el estudio, la obra oficial estaba parada o no había y no podíamos esperar a que sonara el teléfono. Así que dedicimos encargarnos una serie de trabajos pensando que trabajábamos para una supermarca con unas exigentes líneas de calidad… ¡y aquí estamos!”, explican.

¿Qué es redo-me ?
Fernando Pino: redo-me es un sistema en el que cada kit permite el montaje de múltiples muebles posibles con las mismas piezas. Creamos productos transformables, divisibles, extensibles,… Con redo-me producimos pinzas de cocina, muebles y vasos, tubos…, es decir, diferentes piezas que se pueden utilizar de distintas maneras reconfigurándolas o reagrupándolas de distinta forma. Así, los tubos son apilables, se pueden configurar como pequeñas ciudades, mecanos… Creemos que lo lúdico tiene que estar presente para que la vida sea más divertida.

Manuel García de Paredes: Los productos redo-me te invitan a jugar, tienen una estética muy cuidada, y son muy funcionales. Es el usuario el que decide para qué quiere usarlos ya que, por ejemplo, los tubos se pueden utilizar como joyeros, especieros, para bolis, etc.

¿Qué hay de arquitectura y qué hay de ingeniería en el diseño de estas piezas?
F. P.: Conjugamos ambos campos. La tapa de los tubos, por ejemplo, sirve para muchas cosas: es tirador, a la vez es el émbolo… aspectos que se refieren a la parte de arquitectura del bote. El cómo se fabrica sería la parte más de ingeniería. Con los edificios ocurre lo mismo, el espacio es importante pero si luego te entra agua, no sirve para nada…

¿En qué consiste el sistema redo-me?
F. P.: El sistema de redo-me, por eso llamamos así a nuestra línea, está basado en la sostenibilidad, principalmente. Primero dibujamos algo que no tiene forma, está vivo. Luego se produce, se transforma y se combina. Nunca se tira porque se le pueden añadir o quitar piezas y darle otro uso. Nuestros productos son reciclables, reutilizables; los materiales que componen nuestros diseños tienen que reunir esas condiciones básicas. Cuando diseñamos un edificio también pensamos en estos términos: sistemática, reciclado, tecnología, espacios que se transforman, etc.

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M. Gª. P.: Al disponer de nuestras propias máquinas de producción, podemos crear prototipos o investigar con otros materiales, por lo que resuelves mejor y ajustas con más paciencia los objetos.

¿Cuántas horas de trabajo hay detrás de un producto?
F. P.: En diseñar y concebir una pieza que se pueda producir se tarda alrededor de 3 o 4 meses, pero si tienes en cuenta la I+D, el packaging, el diseño, la producción… el tiempo se hace muy largo y el trabajo muy duro.

¿Con qué tipo de materiales trabajáis?
F. P.: Nuestra apuesta es utilizar materiales reciclables y modestos pero pueden ser elegantísimos igualmente. Así que, por ejemplo, pensamos en utilizar cartón para el packaging, que es reciclable, muy común y muy fácil de encontrar. La clave es manejarlo como si fuera un material noble. Al hacerlo así, consigo un resultado mucho más atractivo que si lo monto como si fuera una simple caja; es lo mismo pero trabajado de otra manera…

Como muchos arquitectos, habéis diversificado vuestra actividad al campo del diseño de producto…
F. P.: No sé si nos estamos yendo o es que siempre hemos estado allí. Desde el origen de nuestra formación, y también posteriormente en los estudios en los que hemos trabajado, diseñamos el mobiliario que forma parte de los proyectos. Tenemos un cuidado máximo por cada una de las piezas que los componen, por pequeña que sea, ya que, para nosotros, el diseño de producto es algo muy cercano. No sentimos que estamos haciendo algo nuevo; la crisis nos ha permitido montar la productora que hace posible fabricar los productos de redo-me. Antes eran otros quienes los producían, pero ahora estamos más involucrados en la fabricación del producto y así tenemos más control sobre él.

¿Dónde nace vuestra vocación hacia el diseño?
F. P.: La formación y la experiencia profesional posterior. Lo que te hace trabajar en un edificio y poner las bases para proyectar un edificio son, a lo mejor, las mismas herramientas que te hacen llegar a un objeto pequeño que puedes tocar con las manos. La forma de trabajo es la misma.

M. Gª. P.: No es algo nuevo puesto que, tradicionalmente, los arquitectos han utilizado el diseño de producto como un campo de avances experimentales. En la Escuela de Arquitectura doy clases en las que cuento avances tecnológicos y estructurales de la arquitectura a través de las sillas y detrás de ese progreso, en la mayoría de los casos, están arquitectos que experimentan sobre un objeto, en la estructura, el tipo de materiales, en como se desligan los papeles de cada uno de los elementos que forman la silla, etc…
En el abanico de elementos que trabajamos para proyectar incluimos el diseño como una parcela importantísima. Eso te permite no depender de nadie; acercar a nuestra manera de aceptar las cosas todo lo que sale del estudio. En realidad, para nosotros es difícil discernir cuando estamos haciendo diseño y cuando arquitectura porque ambas facetas se incorporan a nuestro trabajo cuando proyectamos.

El éxito os sonríe en forma de galardones; los primeros, en el campo de la arquitectura y, ahora, en el diseño de producto
F. P.: El COAM se ha dado cuenta que muchos despachos de arquitectura están parados e intentan diversificar para sobrevivir. Por este motivo, el COAM organizó a finales del año pasado un concurso de nuevas ideas y nuestro proyecto redo-me fue galardonado. Nuestro proyecto fue expuesto en el escaparate de la sede del colegio… En realidad, lo importante de los premios es que hay que presentarse para ganarlos. Nosotros hasta ahora nos presentábamos a los de arquitectura, y no nos fue mal… Ahora también nos presentamos a los de producto y, afortunadamente, nos va muy bien: somos una de las siete seleccionadas por el Ministerio de Asuntos Exteriores para participar en un catálogo que difundirá nuestro trabajo durante los años 2014 y 2015 por toda Europa. A través de su red de embajadas, se podrá ver nuestros productos en ferias, eventos relacionados con el diseño y la producción, etc.

¿Dónde os sentís más cómodos, en el diseño o en la arquitectura?
F. P.: El diseño es más agradecido, más espontáneo y la arquitectura es más a largo plazo exige un esfuerzo enorme y no siempre se ve o está reconocido. Puedes tener un proyecto genial, incluso con algún premio, y luego, por razones ajenas a ti, como políticas, no se lleva a cabo. Con el diseño esto no te pasa. Pensar que alguien en cualquier parte del mundo puede tener un objeto producido por tí es emocionante.

M. Gª. P.: Hoy en día, que existe una abanico de posibilidades tan enorme y llegas a tanta gente, no aspiramos a que nuestros productos gusten a todo el planeta. Pensamos que siempre habrá alguien que tenga nuestras mismas inquietudes o intereses y verá en los productos y objetos redo-me las cualidades que nosotros vemos cuando lo proyectamos.
F. P: En redo-me el ciclo se cierra y no dependemos de nadie. En la construcción, antes el arquitecto era el amo y el controlaba todo y, sin embargo, hoy en día es el personaje más débil de la puesta en marcha de cualquier tipo de construcción. Sí, la parte de más diseño es suya pero hay tantos agentes involucrados y los plazos son tan anacrónicos en estos tiempos que las virtudes iniciales son difíciles de mantener. Así que, desde ese punto de vista, es más gratificante el diseño de producto. Pero, claro, ver una obra tuya de 9.000 m2 que la gente utiliza o realizar una parte de una ciudad es muy emocionante…

¿En cuál de los dos campos creéis que hay más futuro?
F. P: Nosotros compaginamos las dos actividades. Hoy en día no se convocan concursos de arquitectura, pero seguiremos presentándonos cuando surjan y buscaremos otras oportunidades. Nos hemos presentado a concursos en el extranjero, pero allí se suelen dar los premios a los diseñadores locales. Eso en España no pasa, más bien sucede lo contrario, que se eligen a los extranjeros. En nuestro país, los fabricantes desdeñan a los diseñadores españoles porque piensan que no entienden el proceso de fabricación o los ven como intrusos. Los fabricantes no contratan a diseñadores.

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  1. Pingback: Entrevista en el blog de Volumen – redo-me

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